¿No te digo? El demonio siempre se vale de las artimañas más ingeniosas para hacernos caer en tentación, para apartarnos del camino de El (Dios):
- Se asocia con los demonios de los demás para ganar fuerza, le llama «amistad incondicional».
- Crea espejismos, ilusiones, les llama «buenas señales» y en otros casos «malas señales». Cree en la buena y mala suerte.
- Tiene firmes creencias pero pocas cosas le constan.
- Es Irónico: dice amar a Dios y hasta lo defiende en la iglesia, en la sinagoga, en la sala de meditación, entre sus amigos y ante sus supuestos enemigos.
- Anhela y nos hace buscar la abundancia, la felicidad y el amor pero en el fondo sufre porque sabe que jamás podrá alcanzar estas cualidades naturales de Dios y las almas puras.
El Padre nos envía auténticas señales para nuestro bien y amistades reales, pero casi no lo escuchamos porque al oscuro no le gustan, son su muerte. Sentimos más agradables y cómodas las que en realidad nos llevan a la perdición.
Lo mejor es nunca olvidarnos de El, quien nos habla desde el interior del corazón para vencer las emanaciones del maligno que se adueñan del mismo corazón, pero desde «afuera».
Pero… ¿cómo diferenciar ambas voces?
Para percibir la diferencia, tan sólo basta relajarnos profundamente y auto-observarnos en todo momento del día y de la noche. Eliminar el estrés de la vida. Así no hay confusión, así bien sabemos, bien sentimos, la diferencia entre una y otra.
Si ya estamos tan confundidos que no logramos distinguirlas, poco a poco iremos avanzando al observar los resultados -LOS HECHOS y no las intenciones- de nuestras acciones. Así vamos ganándole la batalla al tenebroso.
Además de totalmente sinceros con nosotros mismos, triunfaremos conforme conquistemos nuestro legítimo poder del Ahora* ¡Al estar intensamente presentes en el Ahora nunca hay confusión!
*Libro El Poder del Ahora.
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¿Qué es el diablo?
¿Porqué tiene tanta fuerza?
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Es la reflexión de la luz del Padre; es nuestro mismo Ser (Dios) pero derivado. Tiene por objeto dominarnos y esclavizarnos para que aprendamos cómo vencerlo y si lo logramos nos convirtamos en seres más auto-concientes, ¡en dioses!
También entendamos que Dios, el Creador de todo cuanto es, se encuentra a sí mismo en toda Su creación; es obvio que dentro de nosotros también. Es eso que realmente somos en nuestro interior más puro: nuestro Real Ser. Algunos sentimos la necesidad de ir hacia esa omniinteligencia y fusionarnos con ella, otros quieren seguir auto-engañados por su sombra: Satán.
Quien prefiere lo primero, lo ama por sobre todas las cosas.
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“Amarás a Dios por sobre todas las cosas”
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En las antigüas culturas de México, se representó a Dios con la serpiente que asciende a los cielos (Quetzalcoatl), pero también es bueno saber que a veces desciende para revolcarse en el lodo de la tierra. Esa es la serpiente tentadora que aparece en el mito bíblico.
Por cierto: la serpiente del Eden no mintió. Si caíamos en la tierra donde ella se arrastraba (las pasiones humanas) -y lográbamos vencerla- seríamos más como Dios, porque ya tendríamos conocimiento del bien y del mal.
Vivíamos en el bien pero no lo conocíamos porque tampoco conocíamos algo diferente. Por ejemplo: Por un momento concibamos a alguien que siempre ha vivido a la luz del sol, que no conoce la oscuridad porque en su mundo jamás se oculta el sol, ni hay cuevas, ni a nadie se le ha ocurrido «tapar las ventanas». Es claro, que al no conocer las tinieblas, en realidad tampoco conoce la luz.
Dios permitió a la serpiente tentarnos; los que caímos fuimos expulsados del Edén -la luz de la belleza, la abundancia, la felicidad, el amor, la libertad- y empezamos a rodar cada vez más en las tinieblas.
Pero ¡hay Dios! Quien no logre levantarse de nuevo, será arrastado por ella aún más abajo: ¡hasta el infierno!, al abismo donde sólo se oye el llanto y crujir de dientes. Si aquí sufrimos por todo ¿cómo será allá?
Hasta ahora, Satán ha ganado la batalla casi siempre; contadas son las almas que han triunfado (Francisco de Asis, Budha, etc.) y entre ellos el más exaltado: el Divino Rabí de Galilea conocido como Jesús de Nazaret. Pero millones son las que han fracasado y fracasarán ¡Ay…! ¡Ay…! ¡Ay…!
Lo pintan rojo porque representa las pasiones humanas, es lo que llamamos «mis gustos, mis amigos, mis planes, mis sueños, mis creencias religiosas o científicas, mis estudios…» No es que debamos ser fríos, sino que debemos seleccionar mejor nuestros entusiasmos.
Vive y es en el ego (sin él no podría existir). Nos mantiene en la ilusión de la vida cotidiana y por eso no recordamos quienes somos, porqué y para qué estamos aquí, nuestro origen y destino verdaderos.
Por ejemplo: la ilusión de la separatividad y del tiempo. Creemos que nada está conectado entre sí; ya no percibimos que en el fondo todos somos chispas de luz de una misma hoguera, células de un mismo cuerpo: el Ser.
Nos aferramos al pasado (resentimientos) o al futuro (preocupaciones) sin darnos cuenta que no existen ninguno de los dos; no entendemos que sólo es real el presente eterno donde todo es perfecto (el Ahora).
Es el conjunto de todos los agregados psíquicos que no son propios del alma pristina y pura que en realidad somos. Es la pérdida, alteración, degeneración, corrupción, adulteración, de los valores originales del Ser. La Conciencia deformada.
Así es como nos tiene entre sus garras: Somos él mismo porque ni cuenta nos damos que sentimos, pensamos y cumplimos sus obras, deseos, apetencias. No es alguien ajeno a quien vencer, es necesario vencernos a nosotros mismos Aquí y Ahora, pues no existe otra oportunidad.
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El Gran Kabir Jesús proclamó: «Vosotros esclavos de vuestros deseos sois» cuando los celotes lo invitaron a dirigir una revuelta armada en contra de la esclavitud romana. No hay que luchar contra nadie allá afuera, todo triunfo es de la piel hacia adentro venciendo los deseos. Y también exclamó: «Vosotros sois hijos del diablo porque las obras del diablo hacéis, si las obras de mi Padre hicierais hijos de El serías»
El divino rabí era hijo de Dios y todos comprendemos que tenemos la misma posibilidad cuando descubrimos nuestra esencia, cuando vencemos al sombrío, al librarnos de nuestros propios deseos y concupiscencias. Él mismo lo declaró: «Sed perfectos como vuestro Padre en los cielos lo es […] Las cosas que véis que hago, vosotros las podréis hacer y aun mayores»
Así que esa es la buena noticia que nos confirma en el Apocalipsis: «Sé fiel hasta la muerte [del ego] y te daré la corona de la vida«. Nos podemos liberar totalmente de la bestia interior para lograr la maestría
Quien lo haga triunfa y vuelve victorioso al Seno del Padre de la Luz, al Amor (Dios es Amor) para fusionarse -ser ungido- en El, con mayor conciencia de sí mismo, del Bien y el Mal.
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Meditación y Voluntad
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El enamorado es el que más pronto y hondo cae en la trampa del diablo porque rara vez sospecha que su legítimo anhelo de Amor se confunde con la pasión y la prisa por encontrar a su verdadera pareja.
Para dicho tema recomiendo la entrada anterior:
El Amor resplandece en el Matrimonio Perfecto
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me parecen muy interesantes y muy buenos los articulos, felicidades
Gracias por tu comentario Fernando
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[…] Cómo diferenciar a Dios de su sombra, el diablo (el diablo nos hace vivir en la POSILGA hasta llevarnos al infierno) […]
Gracias Rafael, que nos ayudas a encontrar el camino!!…Es difícil la lucha contra el ego y todo el mal que nos rodea.Pero poco a poco encontraremos la luz, la paz y la armonia de nuestro ser.
Om Shanti hermano
Qué bueno que te sirve este blog querida hermana. Gracias por retroalimentarme.
Que la luz te siga guiando 😀
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